El conflicto por las represas sobre el río Santa Cruz ocupó gran parte de los portales ecológicos y, de hecho, en la edición impresa de Ochentamundos podés leer acerca de este tema. Sin embargo, existen otros problemas relacionados con cuencas dentro de nuestro país, como lo es el larguísimo conflicto con los ríos de La Pampa. Para resumirlo hay que decir que las provincias que la limitan desde el Nor-Noroeste, hicieron un aprovechamiento de las aguas exclusivamente para su beneficio, sin tener en cuenta la forma en que eso afectaría al territorio pampeano. Imagino que alguna vez oíste hablar del cañón del Atuel (dique El Nihuil), donde miles de turistas disfrutan de actividades acuáticas. Toda esa felicidad tiene un costo social, económico y ecológico en La Pampa, donde el cauce que antes bajaba cargado, hace ya mucho tiempo que está seco. Lo mismo sucede con el Desaguadero, que baja desde San Juan y que, al estar represado, cuando llega a territorio pampeano es, con suerte, un hilo de agua.

“Reivindicamos el derecho a la plena utilización en nuestro territorio pampeano de los recursos hídricos interprovinciales –dicen desde la Fundación Chadileuvú, creada en 1984 –. Concientes de que los ríos que lo surcan son recursos compartidos con otras provincias, bregamos por su uso equitativo y racional. Proclamamos el derecho de los pampeanos al desarrollo de nuevas áreas de regadío tanto sobre el río Colorado como en el río Atuel.”

Hoy, algunos de esos conflictos llegaron a enfrentar pueblos mendocinos y pampeanos, y el tema (que viene siendo reclamado desde hace muchos años) ya llegó al Ministerio de Medioambiente. Sin embargo, la solución aún parece estar presa de intereses políticos y una enfermante burocracia.