VIAJES

Con ustedes, el Parque Nacional El Impenetrable

Estábamos atentos. Queríamos ir ni bien se pudiera. Y cuando finalmente se dio, pedimos los permisos correspondientes, nos subimos al Jeep y viajamos hasta lo más profundo del Chaco Seco. Nos encontramos con un lugar prístino, denso, ruidoso y salvaje al extremo. Vení, subite. Este es nuestro viaje al recién nacido Parque Nacional El Impenetrable.


Escribe Guille Gallishaw 📝. Sacaron fotos Diego Méndez y GG 📷

Desde Resistencia hacia el Noroeste, las poblaciones parecen irse en un lento fade out hasta casi desaparecer.

Al menos eso veo mientras avanzo por la ruta Provincial 9 hacia el Parque Nacional El Impenetrable, que se llama así por la dramática escasez de agua, propia de esta parte del Chaco Seco. Y entiendo que, a medida que más nos metemos en esta eco región, haya cada vez menos habitantes, justamente por la falta de agua. Los pocos parajes que van apareciendo están conformados por un puñado de casas, a la vera de una ruta de tierra marrón; todo está tan seco que apenas pasa una bicicleta y se levanta polvo.

Zulma vive en el Paraje La Armonía, al lado del Portal del Parque

A simple vista parece un paisaje desabrido, sin matices, con habitantes que rayan la pobreza. Pero son sitios a los que hay que ir con los sentidos más abiertos y liberarse de prejuicios. Cuando mirás por segunda vez, se perciben otras cosas, por ejemplo, los olores, que es lo que más me llamó la atención. Además, el monte parece monocromático, pero luego aparece un lapacho con flores rosas que te deja impávido. También la gente, que si la saludás desde el auto, parecen descorteses porque algunos ni saludan. Pero claro, si pasás a 80 kilómetros por hora por la puerta de su casa, levantando polvo como si estuvieras corriendo el Dakar, yo tampoco te devolvería el saludo. Si pasás despacio, en cambio, y hasta frenás, te vas a encontrar con gente como Zulma, que vive en el Paraje La Armonía, frente a una escuela. Zulma nos recibió en su casa con una alegría mansa, sonriendo. Cenamos y dormimos allí, en su jardín. Esa noche vimos el mejor cielo de nuestras vidas, tan estrellado de extremo a extremo que nos pasamos horas acostados boca arriba, simplemente mirando.

130 mil hectáreas, entre el Bermejo y el Bermejito

El Parque Nacional El Impenetrable es nuevo; tanto que cuando nosotros lo visitamos en julio (2017), aún no tenía ni cartelería. “Todavía estamos haciendo el trabajo con cámaras trampa para determinar con mayor precisión la biodiversidad –me decía Leo Juber, el joven intendente del Parque –Sabemos que hay más de doscientas especies de aves, que existe una enorme y atractiva variedad de vertebrados como el oso hormiguero, las tres especies de pecaríes, pumas, ocelotes, yaguarundí, aguará guazú, tatú carreta, corzuelas… Bueno, y el yaguareté.” El yaguareté… Ese es un tema aparte. Por el momento, sólo diré que el área protegida tiene 130 mil hectáreas, limitadas por los ríos Bermejo y Bermejito, en el medio del Chaco Seco. El portal está al lado del paraje La Armonía, sobre la RP9. Desde allí, nosotros recorrimos 34 kilómetros hasta la costa de la laguna El Breal, cerca del Bermejo. En ese lugar, CLT (Conservation Land Trust) tiene un campamento y fue donde pasamos tres días.



Un crimen, un pedido y un Parque

Las tierras de la antigua estancia La Fidelidad ocupaban parte de Chaco y de Formosa. Hace unos años, su dueño fue asesinado y, un tiempo después, 20 ONGs empezaron a pedir que ese espacio fuera declarado Parque Nacional. Chaco aceptó, pero Formosa no… Una de esas ONGs fue CLT, quien propuso replicar el modelo que ellos mismos llevan adelante en Iberá: que el Parque proteja la biodiversidad, pero también que incluya a las comunidades que lo rodean. Suena lógico, pero les aseguro que no es habitual en nuestro país. ¿Qué significa incluir a las comunidades? En principio, contarles acerca de la creación del área protegida, proponerles que trabajen con los viajeros que la visiten, darles una formación para que hagan esa tarea de forma adecuada y, a su vez, conectar al visitante con ellos para darle valor a su historia y su cultura. Todos se benefician, no sólo económicamente, sino también a nivel humano. Y, además del trabajo que lleva adelante CLT hace un tiempo en esta línea, con la creación del Parque, el Estado chaqueño también avanzó en esta dirección con un plan integral que pretende incorporar a todas las comunidades cercanas. De hecho, además de el PN El Impenetrable, hay dos reservas más (Fuerte Esperanza y Loro Hablador) que serán incluidas en este plan del Estado para desarrollar el turismo sustentable. ¡Y nosotros lo celebramos! No nos vamos a cansar de decirlo: es la forma de viajar que más nos gusta.

Distancia Resistencia – La Armonía: 382 kilómetros (click mapas)

Tiempo de viaje: 5 horas y media

Clima: caluroso

Imprescindible: llevar agua y repelente de insectos.

Dónde dormir: en Castelli y Miraflores hay unos pocos hoteles. En lo de Zulma (Paraje La Armonía) podés dormir en carpa, y ella te ofrece almuerzos y cenas. Dentro del Parque, en carpa en camping agreste (no hay proveeduría).

Ropa: botas de media caña, pantalones y camisa de mangas largas para caminar en el monte. Si tenés polainas, mejor.

 


El Parque Nacional acaba de abrir sus puertas y podés checar info actualizada en la web www.parquesnacionales.gob.ar. En principio, tendrá un área de acceso en La Armonía, que permitirá recorrer un camino que lo atraviesa de Sur a Norte, pasando por lo más salvaje del monte chaqueño, hasta llegar a la costa del río Bermejo. Habrá dos áreas de acampe y varios senderos interpretativos. Más adelante se abrirá otro portal en el extremo Oeste. Pero, en definitiva, ya podés ir planificando tu viaje al destino más salvaje de la Argentina. ✪

Este cielo vimos en lo de Zulma, en el paraje La Armonía



 

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