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PUERTO PIRÁMIDES: TEMPORADA DE BALLENAS

El municipio de Puerto Pirámides anunció la apertura de la temporada de ballenas para el dos de julio. En esta nota te contamos las novedades para el avistaje de costa y en embarcaciones, los detalles del protocolo por COVID y los datos más curiosos de la Ballena Franca Austral.


Escribe y saca fotos Guillermo Gallishaw

El primer consejo que me atrevo a darles es que se alojen en Puerto Prámides. En los últimos años, la comunidad creció en cuanto a la calidad de servicios, sobre todo gastronómicos: además de variedad de restoranes (hay desde opciones clásicas hasta las más gourmets), hay algunos barcitos café con cosas deliciosas para disfrutar a la tarde. Con los alojamientos también hubo un desarrollo de alternativas: cabañas, hoteles más tranqui y algunos de primera categoría, como la tradicional The Paradise. Y les cuento todo esto porque me parece que planificar tu estadía en el pueblo mismo tiene beneficios para todos. No sólo colaborás con la economía local, sino que también te permite conectar más profundamente con la comunidad y, lo mejor, te vas a dormir escuchando a las ballenas.

Respecto de los cuidados sanitarios, me leí todo el protocolo y se ve muy seguro. Si lo querés checar, acá dejo el LINK al sitio oficial de Puerto Pirámides.

Tema avistajes. Si nunca fuiste, tenés que saber que básicamente hay dos opciones: desde la costa o arriba de una embarcación. La gran ventaja (un poco obvia) de subirte a una lancha es que es probable que las veas muy de cerca. Pero, además, las y los guías de ballenas tienen una onda increíble y siempre vale la pena escucharlos. La última vez que fui, me tocó Ernesto Ricci. El mar estaba un poco revuelto y había bastante viento. No era el día ideal, pero Ernesto se las arregló para que tuviéramos un gran avistaje. De hecho, en un momento vimos un ejemplar de color blanco y Ricci nos dio detalles de esa rareza. Whatever… Lo que tenés que saber es que hay seis empresas que hacen el avistaje. La forma de contratarlas es ir a la mañana, anotarse y ya. Casi todas están en la Primera Bajada al Mar, en la entrada del pueblo. Como es invierno, tené en cuenta ir bien abrigado. Lo ideal: interior térmico, polar o camperita de abrigo y si tenés un cortaviento, mejor; gorro y guantes.

Para verlas desde la costa, pues hay varios sitios. Obviamente, el éxito dependerá de si las ballenas se acercan justo a ese lugar. El más obvio y cercano es el punto que está al lado de Pirámides. Cuando llegás a la escultura de la cola de ballena que está en la primera bajada, a la derecha sale una huella que te deja arriba del acantilado, y desde donde podés ver una buena parte del golfo. Si tenés largavistas, llevalos. La otra es ir a Punta Pirámide, que está a cinco kilómetros del pueblo. Yo lo hice caminando, aunque podés ir en auto. Hay un puesto de guardafauna que, cuando fui, me quedé charlando un rato para conocer más sobre el lugar.



Un plan interesante es tomarse un día para recorrer la península. Hacerse el mate, prepararse unos sanguchitos, comprarse algo dulce y salir. Si vas con niños o niñas, te aseguro que la van a pasar bomba porque se ve de todo: choiques, guanacos, maras, muchas aves. Y si tenés suerte, tal vez puedas ver orcas. En los distintos puntos, hay carteles interpretativos que te ayudan a entender mejor dónde estás, qué animales estás viendo y cuáles son sus características.

Ballena franca austral

Cosas que tal vez no sabías de esta preciosa especie, y que yo las aprendí luego de entrevistar a Agustina Saez y a Florencia Vilches, biólogas del Instituto de Conservación de Ballenas. En principio, las ballenas vienen a la zona de los golfos de la Patagonia en el cliclo que corresponde al apareamiento, a la parición y al destete de sus crías, básicamente porque son aguas poco profundas y calmas. ¿De dónde vienen? Pues de las zonas de alimentación (según estudios del ICB, algunas de las áreas de alimentación de esta especie son la isla Tristán da Cunha, en Brasil, las islas Georgias del Sur y aguas antárticas). Un ciclo común suele ser que se aparean en los golfos, migran a las zonas de alimentación, y vuelven a los golfos a parir, con esa reserva de grasa que obtuvieron (gracias a la alimentación). Dije alimentación cien veces, perdón. Las crías pasan los primeros meses en estas aguas calmas, obteniendo la leche de sus mamás, que les va a proporcionar una capa de grasa suficiente como para tolerar una primera migración. Luego volverán nuevamente a la Patagonia con sus mamás, pero ya para empezar a tener una vida de juvenil independiente.

La ballena franca austral es un mamífero, cetáceo y misticeto (esto último significa que tiene barbas, a diferencia de los odontocetos, que tienen dientes, como los delfines y las orcas). Las hembras llegan a medir hasta 17 metros de largo, y pueden alcanzar pesos de entre 50 y 70 toneladas. Wow.

Aquí abajo les dejo el video de nuestro último viaje a Pirámides. ¡Que lo disfruten! ✪


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