GUÍAS DE VIAJE

Antofagasta de la Sierra

Datos para recorrer el altiplano de Catamarca. Para tener en cuenta: es la región menos poblada del país, estás por encima de los 3500 metros sobre el nivel del mar, encontrarás el salar más grande el planeta, hay que ajustar el ritmo de vida ya que todo es más lento.


Escribe Guille Gallishaw. Las fotos son de Felicitas Bonino, Juan Martín Roldán y GG

El paisaje afónico de la puna le reza al silencio: cuando el viento amaina, tal vez aparezca este semi dios del altiplano. Hasta hace pocos años, la ruta que une Puerta del Corral Quemado con El Peñón (la RP43), en Catamarca, era de piedras y espantaba a los turistas. Meterse con la 43 abría la posibilidad de romper una o más cubiertas. No pinchar. Romper, porque si un pedazo de piedra volcánica filosa se apretaba contra un neumático, lo tajeaba. Pero desde hace un tiempo, la 43 se convirtió de la piedra al asfalto y abrió un portal para los turistas. Dato: andar con cuidado porque algunos tramos están deteriorados. Google dice que el departamento de Antofagasta de la Sierra tiene una superficie de 28.097 kilómetros cuadrados y 2008 habitantes (censo 2022). Google también dice que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene 203 kilómetros cuadrados y más de tres millones de habitantes.

Lo que no dice Google es que en el altiplano de Catamarca es posible saber qué es el silencio y, también, cómo se siente romperlo.


Primer tramo

Hay que saber un dato importante. La RP43 nace a los 1900 metros de altura sobre el nivel del mar, pero en su parte final roza los 4000 msnm. Y esta guía de viaje recomienda que la hagas completa. Por eso, hay que ir subiendo lento, para darle tiempo al cuerpo a que se aclimate. Una buena idea es pasar un par de días en Londres o Belén, para después subir hasta El Peñón. Además, este primer tramo es para andar con el termo cargado e ir compartiendo mates, parar donde te pinte y sacar muchas fotos. El paisaje va cambiando y se ven formaciones montañosas variadas. Después de Villa Vil sale el río Bolsón, que acompaña unos cuantos kilómetros. La primera parada puede ser en las dunas de La Difunta, después de la Cuesta de Randolfo. Más adelante sale el desvío a Laguna Blanca, lugar ideal para pasar la primera noche.


Primer tramo BIS

En todo el Noroeste, el 1 de agosto se celebra la Pachamama. En Laguna Blanca también, y resulta que ese día vienen vecinos desde las diferentes comunidades de la zona. Si bien suelen colarse algunos turistas, la celebración es bien auténtica. El pueblo tiene varios hospedajes. La retratista Felicitas Bonino paró en la hostería Sasakuy, que está el pie del cerro, pero también hay otras alternativas como el hospedaje de Jesús (Coquena), que tiene varias habitaciones.


Ritual durante el 1 de agosto. Foto de Felicitas Bonino.


Segundo tramo

Saliendo de Laguna Blanca hacia Antofagasta, la cosa se pone lunar. Toda esta región es producto de la actividad volcánica y hay de todo para ver aunque, atención, las distancias son grandes y los caminos, para 4×4. Si andás en auto, lo mejor es que contrastes excursiones en vehículos todo terreno. Tanto en El Peñón como en Antofagasta de la Sierra hay algunos operadores y guías que te llevan.

El Campo de Piedra Pómez es autoguiado. Saliendo de El Peñón hacia Antofagasta, un cartel a mano izquierda indica el desvío. Es una huella que te deja al borde de esta formación. Es probable que el silencio supere tu capacidad de concebir el silencio. Tal vez haya algo en esta roca porosa que absorba los sonidos de alguna manera particular. 

Volcán Galán. Dos cosas: si hay mucha nieve, se torna complejo acceder, y tenés que hacerlo sí o sí con guía. Hay varias empresas en San Fernando del Valle de Catamarca que te llevan. Acá te recomendamos a Secundino, un nacido y criado en la zona que tiene su emprendimiento de guiadas. Salir por estos lugares con un guía local tiene una ventaja doble: conoce como nadie y colaborás con la economía regional. El volcán Galán es una furiosa formación con un cráter de 45 kilómetros en su parte más larga, que lo convierte en el más grande del mundo. Su nombre proviene del quechua Kkala, que significa desnudo, debido a la ausencia de vegetación. La excursión por el día tiene una duración de diez horas, se superan los 4700 metros de altitud (por eso hay que tomar mucha agua, para oxigenar bien al organismo) y ves paisajes esquizoides.

Antofagasta de la Sierra es un destino en sí mismo. En el pueblo funcionan varias hosterías (nosotros recomendamos Pueblo del Sol, que también ofrece gastronomía), algunos restoranes y hay señal de wi-fi. Por eso, lo mejor es hacer base acá. Además, a ocho kilómetros del pueblo hay dos volcanes: La Alumbrera y Antofagasta, ambos de un negro azabache. Es posible subirlos caminando, siempre yendo lento, ya que estás por encima de los 3500 metros. Otro hermoso volcán para visitar es el Carachi Pampa, a 60 kilómetros del casco urbano. 


Salar del Hombre Muerto. Foto de GG


Tercer tramo

Volcán y salar Antofalla, Los Nacimientos y Salar del Hombre Muerto. Lo ideal es hacer base en Antofagasta y salir desde allí a estos tres lugares. Hay que tomar la RP43 hacia el Norte. Estarás en el corazón de la puna, así es que los paisajes son de pastizales ocres que ondean a lo largo de extensas sierras. 

Antofalla vía Los Nacimientos. Reservate un día entero. Subiendo por la 43, hay un desvío hacia la izquierda. Después de algunos kilómetros, otro cartel indica el camino a Los Nacimientos. La comunidad está al pie de cerros inmensos. Tiene una sola calle y las casas de adobe a la izquierda. Hay un mirador al que podés subir caminando y se ve el pueblito y toda la extensión hacia el Sur. Preguntá por Felipa Mamani, de parte de Ochentamundos.

Siguiendo hacia Antofalla, el paisaje se pone mejor aún. Al llegar al Abra de Los Colorados estarás a 4.667 msnm, y luego hay que atravesar el salar (es el más grande del mundo). Imperdible: los Ojos de Campo, unas lagunas con agua de color rojizo. 

Salar del Hombre Muerto. Desde Antofagasta hacia el Norte por la RP43. Antes de salir del pueblo, preguntar por el estado del camino, ya que en invierno puede haber nieve y cierran la ruta. Al igual que en Antofalla, este lugar es realmente inhóspito. De hecho, todo el Departamento de Antofagasta de la Sierra es una de las regiones más despobladas del país. Antes de llegar, a mano derecha ya se ve el salar y el paisaje te deja pasmado, con unos cerros que afloran de entre el mar de sal. Cuando la ruta entra en el salar, frená. Parece firme, pero podés hundir el auto en la sal y no te saca nadie. Justo antes del salar están las ruinas de la mina de oro Incahuasi. ✪


Felipa Mamani y su marido, Primitivo

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