VIAJES

Península Valdés, contada por nosotros

Ballenas y pingüinos, tour gastronómico, noches de peña y conciertos, muchos kilómetros recorridos por la estepa y algunos nuevos amigos. Todo eso vivimos en nuestro viaje a Península Valdés. En esta nota te compartimos toda la información. Además 💪, ¡el video del viaje!


Escribe y saca fotos Guillermo Gallishaw 📝📷

Algún día escribiré un artículo exclusivamente de Puerto Pirámides. Tiene una historia bien patagónica, con los tehuelches como protagonistas, con españoles un poco torpes, estancieros con una voluntad a prueba de toda aspereza y un grupo de viajeros adelantados visionarios. Vine a este pueblo más de diez veces; la primera fue en un viaje de estudios del colegio secundario, cuando tenía unos imberbes 16 años. De aquel viaje me quedó una foto de la ballena pasando por debajo del bote. Ahora volví una vez más, pero con la intención de quedarme varios días, como para conectar mejor con el lugar y poder viajar sin límites de tiempo a lo largo y a lo ancho del Área Natural Protegida de Península Valdés.

Lo primero que tenés que saber si tenés ganas de visitar Valdés es que Puerto Pirámides es el único pueblo de la península. Tiene una calle principal que corre paralela a la costa, y dos bajas al mar: Primera y Segunda. Esta vez vi un pueblo mucho más armado para el turista, con cafés bien puestos, hosterías muy confortables, varias casas para alquilar y algunos restoranes con platos de primer nivel. La temporada alta es septiembre-octubre, la época del año en la que aún hay ballenas y empiezan a llegar los pingüinos, pero el resto del año va renovando sus encantos, con colonias de lobos y elefantes marinos, ¡aves!, orcas y, por supuesto, la variada fauna, propia de la estepa: choiques (o ñandú patagónico), guanacos y maras (o liebre patagónica).


Puerto Pirámides, visto desde nuestro drone


La mayoría de los turistas viene por el día, hace el avistaje, recorre con prisa la península y se vuelve a Puerto Madryn. Personalmente, les recomiendo que pasen un par de noches en Pirámides. Nosotros llegamos un día por la tarde y, en seguida, fuimos hasta un acantilado a ver y escuchar a las ballenas. Al día siguiente visitamos Punta Pirámides (para mí, la mejor vista que tiene la Península) e hicimos el avistaje de ballenas; el segundo día nos fuimos a recorrer la península con Miriam, una mujer nacida y criada en Valdés. Y el tercer día nos dedicamos a visitar las playitas cercanas, caminar el pueblo y comer rico. También fuimos a una peña que se organizaba para juntar fondos para Las Garras, el flamante club de hockey.

La Península

Dice el guardafauna Carlos Medina que Península Valdés es una nursery, haciendo referencia a que las ballenas vienen aquí a reproducirse y tener sus crías, lo mismo que los lobos y elefantes marinos, los pingüinos y hasta se cree que las orcas. El Área Natural Protegida tiene seis Unidades Operativas que podés ver en este mapa. Para recorrerla, hay básicamente dos opciones: o salís con tu auto, o contratás a alguien en Pirámides para que te lleve. Nosotros fuimos con Miriam, una mujer que nació en un campo del interior de la península y que ahora vive en el pueblo. El paseo duró unas cinco horas: primero visitamos Punta Norte y, luego, Caleta Valdés, pero fuimos parando cuando veíamos maras, choiques o guanacos.

Ballena Franca Austral

Hay más de una forma de ver ballenas en Península Valdés. La más económica es desde la costa: en la playa El Doradillo o desde Punta Pirámide las podés avistar fácilmente; incluso desde el acantilado que está a unos metros de la Primera Bajada al Mar de Pirámides, también. La otra es contratar una excursión en lancha; hay varias empresas, y nosotros lo hicimos con Whales Argentina (tiene un costo de $1150 para adultos, en temporada baja, y de $600 para menores de 12 años). La tercera es el Yellow Submarine; sí, un barco que, además de ver el paisaje desde la cubierta, dispone de una cabina submarina. El costo en temporada baja es de $2300 para adultos, y $1150 para menores de 12 años.

Comer y dormir

La oferta gastronómica creció al ritmo del turismo y hoy Pirámides cuenta con una atractiva variedad; de hecho, algunos de los bares y restoranes se ven muy bien desde afuera. Lógicamente, no probamos todos, pero les cuento las impresiones de algunos a los que fuimos. En El Gualicho cenamos la primera y la última noche (no fue consciente) y estuvo todo de diez; yo elegí una promoción de una hamburguesa de cordero: abundante y deliciosa (está en la Primera Bajada al Mar). A El Origen (Avenida de las Ballenas, apenas llegás al pueblo) fuimos a tomar una merienda y se ganó todos los premios: nos atendieron de primera, y lo que ofrecen es todo una delicia. Un dato no menor es que el precio me pareció justo. También fui a tomar un café El viento que viene… El viento que va, en diagonal a El Origen, y también me gustó. Yo quería volver a La Estación, donde había ido un par de veces hace como diez años; tenía un buen recuerdo. Lo cierto es que me pareció desproporcionado el precio respecto de lo que comimos. Por lejos fue el más caro. Creo que, en general, los precios son apenas más elevados que otros destinos, como San Martín de los Andes (donde estuve hace unas semanas), por ejemplo.

Para dormir, nosotros hicimos una reserva a través de Booking.com en la hostería Puerto Palos, en la Primera Bajada al Mar. La habitación era confortable y amplia, con un balcón que aprovechamos mucho. El desayuno, completo, como me gusta a mí. Y la atención, de primera también.



Un dato más es que, a pesar de que nosotros no pudimos por las condiciones climáticas, es posible salir a remar en kayaks desde Puerto Pirámides. Quien lo ofrece es Pablo Passera, un chico que guía kayak hace muchos años y con quien hicimos algunas travesías en el pasado.

Si querés saber más sobre las actividades en la Península, podés checar la página de la Administración del Área Protegida Península Valdés, o mismo la de Puerto Pirámides. Además, abajo te dejamos el link al video de nuestro viaje ✪

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